Cuando se cuestiona que falla en el sistema educativo, hay una cosa cada vez más evidente: la educación tan comprensiva que reciben los alumnos. Ellos lo saben y explotan hasta el último resquicio para obtener sus fines y uno de ellos es que alguien castigue al profesor que le suspende.
El nuevo plan de los alumnos para reclamar lo irreclamable de un examen es saltar al profesor y "llorar en jefatura".
Esta situación es cada vez más frecuente y la secuencia que sigue es:
1. Presión familiar al alumno
2. Estrés fin de curso
3. Estudiar menos de lo suficiente.
4. Obtener una baja calificación del examen
5. Reclamar gritando: el profesor no atiende con esos modales
6. Llorar angustiadamente
7. Abandonar el aula sin permiso
8. Ir a jefatura llorando con el examen en mano
9. El Jefe de Estudios siempre receptivo presto a bronquear a un profesor que hace llorar a los alumnos
10. Jefe de Estudios fuera de su sitio, recrimina al profesor la mala corrección del examen
11. Profesor con la piel muy dura ya, se mantiene.
Aprendizaje del alumno: "Lloremos en Jefatura que nos ayuda".
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