Figar se aprovechó de que la seguridad del edificio de la Consejería de la Calle Santa Hortensia lo realiza una empresa privada Central Control.
Los "seguratas" que realizaban allí su trabajo ejecutaron las órdenes de Figar celosamente y hasta se excedieron llegando a decir "tenemos una familia que mantener" insinuando que estaban coaccionados "obedecían o perdían su trabajo". Sin embargo, su escasez de miras les hizo colaborar en una actividad delictiva como lo es "omisión de socorro" ya que ejecutaban una orden acompañada de maltrato psicológico, malos modos - según contaron los sindicalistas encerrados-.
El jueves, los compañeros encerrados, consiguieron comer gracias a un auto judicial y éstos "trabajadores de la inseguridad", que no son autoridad pública requisaron parte de la comida que les llego. ¿Tienen competencias para tomar éstas decisiones? No dejaron pasar mantas porque no lo ponía en el auto judicial.
SEGUNDO ENCIERRO
Una vez fuera de la Sala de Juntas de Recursos humanos de la Consejería de Educación, se convocó una asamblea para plantear más movilizaciones. La inmediata: otro encierro al día siguiente.
Éxito rotundo y todos los medios de comunicación se hacen eco de la denuncia de Marea Verde : el cambio en la selección del profesorado interino que quiere la Consejería de educación saltándose todos los acuerdos con los Sindicatos.
Este nuevo sistema se basa en que apenas se valorará la experiencia y méritos acumulados por los candidatos y sólo accederán a puestos de profesor interino quienes aprueben el examen que serán muy poquitos y deja en el aire qué pasará cuando se agotasen las escuetas listas formadas en la oposición.
Ello que implicará pérdida del empleo de "los mejores profesores de la pública".
Los carteles que se dejaron en la puerta de la Almudena para quienes no se pudieron acercar.
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